Casa de Eric y Katie [Sofie, Eric, Katie & Keith]

-Es perfecta -sacudí la cabeza y la miré, divertido por el viaje... Podría haber sido peor, a pesar de todo. -Hacéis bien. Yo, en esa casa, he vivido... Digamos, pocos años, pero trae recuerdos. Imagino que esta para ti ha sido perfecta -sonreí, sincero-.

Supuse que su hermano era aquel al que había visto alguna que otra vez en sueños. Como bien le había dicho, me recordaba a ella. Sonreí, viendo como hablaba pro teléfono, esperando sin hacer ruido, mirando las paredes, algun que otro cuadro colgado en ellas.

[b]-Estaba de viaje y me cruce con Keith y comenzaron a darme pinchazos muy fuertes en el vientre, Keith me dijo que seria que ya estaba de parto, pero a mi tambien me parece muy raro, pero mira mi tripa cada vez esta mas abultada-dije cada vez ams asustada y soltando un chillido-por favor hacer algo, cada vez me duele mas-comienzo a llorar

Agarré su mano, estaba nervioso, nunca había hecho tales cosas, pero, sabía que podría, no tenía ni idea de cómo, pero podría hacerlo... Peores cosas había llegado a hacer con tal de ayudar a alguien.
-Tranquila... -miré a los que estaban a su lado, pidiéndoles con mi típica cara suplicante que me ayudasen con eso- todo saldrá bien... -susurré cerca de su oido, intentando calmar su pensamiento aunque no pudiese contra su dolor.

Solté su mano, no sin mirarla una vez más, preocupado, para luego correr, sin saber a donde, buscando con desesperación esas toallas, un paño mojado y unas tijeras. Busqué en el baño para encontrar luego las toallas, mojé una de ellas y luego, en un cajón cercano encontré unas tijeras. Las agarré, cogí aire y corrí de vuelta a donde estaban todos. Me acerqué, dándole las cosas a Sofie y volví a agarrar la mano de Kat, con fuerza.

-Tranquila, todo saldrá bien -sonreí, intentando animarla.

Seguí aguantando de la mano de Kat, asimilando bien la situación, y ya no tan perdido.
-Empuja cielo -susurré, cerca de su oido, para que lo hiciese con tranquilidad... Saldría todo bien, lo tenía por seguro.

Vi la cabezita del bebé asomándose. Era increíble, la primera vez que veía esto en directo. Kat tenía cara de dolor, por lo que seguí sujetando su mano, con fuerza.
-Sigue empujando cariño -susurré.